El pasado 17 de Octubre Pichín y El Profe acudimos a la Talajara. Nos apuntamos al recorrido de 125 kms. Quizás un poco excesivo para la altura de temporada en la que nos encontramos, pero "si no lo intentas no puedes fracasar, pero tampoco lo conseguirás jamás", asi que adelante.
El día antes mi suegro, Carlos había recogido los dorsales. El profe 1203 y el de Pichín 867.
Ibamos a estrenar la baca nueva de Tomás, es una pasada. Un porta para tres bicis, tipo bola, con el que transportamos si problemas nuestras monturas, además de ir en el coche cinco personas: Pichín con Olga su mujer, El profe y los padres de Olga, que nos acompañaron en esta jornada de ciclismo. Salida a las y tantas, para llegar a Talavera de la Reina con tiempo suficiente para cambiarnos, calentar un poco y estar tranquilos en la salida que hicimos entre los 400 primeros aproximadamente.
Carlos Arroyo, un invitado de lujo. Nacido en Talavera nos hizo de anfitrión:
La verdad es que se me siguen poniendo los pelos de punta, caundo me reúno con tantos ciclistas para participar en una prueba de este tipo.
La salida, sin indencias, lo cual es un milagro si tenemos en cuenta que eramos 1500 ciclistas.
Los primeros tramos los hicimos atravesando Talavera, y cogemos el GR113, camino de Calera y Chozas. La primera parte no es nada bonita, pero mejora al llegar a la Vía Verde de la Jara, que ya conocía porque la había hecho hacía tres semanas con los Chinos Kudeiros, Sotero, Ricardo y Tejeda.
Este tramo rápido como siempre, ya que las pistas anchas y con buen firme invitan a darle zapatilla. El primer avituallamiento líquido se me pasó sin enterarme, así que paramos directamente en el segundo que ya era sólido y líquido, en el que aparecieron las primeras carencias de esta marcha. El paso por los puentes y túneles es espectacular, así como atravesar el viaducto sobre el Tajo. En fin un tramo de categoría.
Os dejo un plano para que veais el recorrrido:
Unos cuantos kms por la vía verde par abandonarla en el km 57, donde comienza la primera zona que podríamos denominar de media montaña. Esta zona será la última que merezca la pena, por sus rampas y su bosque bajo, además del vadeo de un río que siempre es una experiencia. Pichín se tiró de cabeza al charco ( ¡ qué pena no tener una foto ! ).
En el perfil de la marcha, se ve muy bien el cambio de terreno.
1 comentario:
Muy buena señores
Un abrazo
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